El miedo a denunciar: rompiendo el ciclo de la victimización pasiva
En una reciente entrevista en El Periódico, abordamos el tema del miedo a denunciar. Es común experimentar una parálisis emocional y evitar hablar sobre situaciones dolorosas. Esto puede considerarse como un trauma emocional, donde constantemente omitimos revivir ciertas experiencias.
Cuando no se denuncian a tiempo situaciones de violencia (especialmente en casos de violencia doméstica), se corre el riesgo de permitir que el perfil del agresor se acentúe progresivamente y de manera cada vez más peligrosa. La falta de intervención temprana y la demora en buscar ayuda, permiten que el agresor consolide su comportamiento violento. Lo que comienza como violencia verbal puede escalarse gradualmente hacia agresiones físicas graves. Es importante comprender que la identidad de una persona se construye a través de sus pensamientos y hábitos. Al permitir que el agresor mantenga el hábito de la violencia sin enfrentar consecuencias legales, se incrementa la probabilidad de que la situación termine en un desenlace trágico. Por lo tanto, denunciar a tiempo se vuelve crucial para interrumpir el proceso de construcción de un perfil de agresor cada vez más violento y proteger a las posibles víctimas, incluso uno mismo.
El miedo a denunciar puede tener diferentes orígenes
- Trauma: Miedo a revivir experiencias dolorosas y no querer aceptarlas.
- Patrones de crianza: Repetición de comportamientos aprendidos en la familia.
- Síndrome de Estocolmo: Apego contradictorio hacia el agresor debido a la dependencia emocional.
- Miedo a represalias: Temor a consecuencias negativas por denunciar.
- Vergüenza: Sensación de ser juzgado por la sociedad.
- Culpa o baja autoestima: Creencia de merecer el maltrato.
- Desconfianza en la justicia: Sensación de impotencia y falta de acción por parte de las autoridades.
- Exceso de denuncias falsas: La justicia puede tomar casos más livianamente debido a esta situación. Es importante que las mujeres no abusen de los procesos judiciales.
Rompiendo el ciclo de la victimización pasiva
Es esencial detectar cuándo nos convertimos en víctimas pasivas. Quejarse sin actuar solo alivia el estrés momentáneamente y refuerza la idea de que el problema nos define. Para romper este ciclo, debemos ser víctimas activas, tomando la iniciativa de denunciar y activar los mecanismos judiciales necesarios. Comprender que ser víctima es temporal y que depende de nosotros cambiar esa condición es crucial.
- Reconocer la situación: Es fundamental tomar conciencia de que estamos atrapados en un ciclo de victimización pasiva y reconocer que merecemos vivir una vida libre de abusos o situaciones dañinas.
- Empoderamiento personal: Debemos cultivar el amor propio y la confianza en nosotros mismos. Debemos recordar que merecemos relaciones saludables y respetuosas.
- Buscar apoyo: Es esencial buscar ayuda y apoyo de personas de confianza, como amigos, familiares o profesionales, para que nos brinden orientación y apoyo emocional durante el proceso de romper el ciclo de victimización.
- Denuncia: Si estamos experimentando situaciones de abuso o violencia, debemos tomar la iniciativa de denunciar. Es importante recopilar pruebas y buscar el asesoramiento adecuado para hacerlo de manera segura y efectiva.
- Confiar en la justicia: Aunque puede haber desconfianza hacia el sistema de justicia, es importante tener fe en que, al denunciar, estamos contribuyendo a la creación de un entorno más seguro y protegiendo a posibles futuras víctimas.
- Evitar denuncias falsas: Es esencial comprender que hacer denuncias falsas perjudica a las futuras víctimas reales. Si denunciamos algo que aún no ha sucedido del todo, sin pruebas concretas y solo por miedo o enojo, podemos dificultar el trabajo de la justicia y restarle prioridad a los casos genuinos. Es importante ser responsables y garantizar que nuestras denuncias estén respaldadas por evidencia creíble.
- Romper patrones: Debemos analizar y comprender los patrones o ciclos que nos llevan a situaciones de victimización pasiva. Al identificarlos, podemos tomar medidas para romper con esos patrones y establecer límites saludables.
- Educación y concientización: Es fundamental aprender sobre los derechos y recursos disponibles para las víctimas de abuso o violencia. Esto nos permitirá tomar decisiones informadas y buscar la ayuda adecuada en caso de necesitarlo.
Conclusión
Si reconoces algunos de los síntomas mencionados, es probable que necesites hablar sobre tu situación con alguien de confianza. Instituciones como el Polo Integral de la Mujer en San Francisco y otros lugares de la provincia brindan apoyo psicológico y legal a las víctimas de violencia familiar. Recordá que cada situación es única y puede que necesites tomar decisiones específicas. Por eso siempre es recomendable buscar ayuda profesional.
Buscá ayuda
Si estas pensando que no hay apoyo, te dejo una lista de 105 leyes (12 nacionales) sobre la violencia familiar.
http://www.legisalud.gov.ar/atlas/categorias/violencia_genero.html
Recomendaciones antes de denunciar:
Recopilación de pruebas: Es fundamental contar con evidencias como chats, documentos o testimonios para respaldar la denuncia.
No borrar evidencias: Es necesario preservar cualquier tipo de comunicación o documento relacionado con el caso.
Asesoramiento profesional: Recurrir a instituciones como el Polo Integral de la Mujer para recibir apoyo psicológico y legal en casos de violencia de género o llamar a la policía.
Superar la dependencia económica: Afrontar el temor a perder empleo y sustento como consecuencia de la denuncia.
Dónde...
Polo Integral de la Mujer: (03564) 439035
Avellaneda 648, San Francisco, Córdoba.
Policia: 101
En esta nota charlamos con Franco Cervera acerca de esta problemática
Por: Gonzalo Castillo
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