Amigos de clan
Grooming - 10/04/2022
El peligro que esconden los niños al jugar videojuegos multiplayer es que pueden ser amigos de cualquier persona.
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Era un día normal y me encontraba haciendo cola en un comercio, de esas que salen hasta la vereda. Comenzamos a hablar con un joven y entre tantas charlas ocurrentes hablábamos de tecnología y cómo sabrán, soy programador, por lo que cualquier tema relacionado con ello es grato de hablar para mí. Me comentaba que sus sobrinos usaban su PC de escritorio; y que había invertido un buen número de billetes que convertían a su PC en digna de ser llamada “gamer”, al igual que él por supuesto. Como es de esperar, sentarse enfrente de esa máquina es un sueño hecho realidad.
Después de terminar la charla, me hace el comentario de que sus sobrinos utilizan su equipo cuando él se va a trabajar y, en ese momento, aproveché a consultarle:
—¿No tenés miedo del uso que le pueden dar cuando quedan solos? Digo, por si ingresan a lugares no apropiados para menores —, a lo que me respondió muy firmemente.
—Si, por eso les enseño constantemente cómo deben utilizar los dispositivos; me gusta mucho la tecnología desde que soy chico y sé los peligros que hay —. Lo cual me dejó muy tranquilo, se notaba que era un apasionado del tema y, en ese instante, comenzó a narrar un episodio que decidió contarme a voluntad; el cual voy a contarles.
Esta es la historia que le sucedió a un conocido, este tiene una hija de 14 años aproximadamente. Su hija, como cualquier adolescente, se encuentra transitando su despertar sexual, por lo que tiene necesidades de conocer todo sobre el tema, además le llama la atención cualquier persona que sea de su edad o, como mucho, 2 o 3 años más.
Todo surgió cuando decide contarles a sus padres sobre un chico que le gusta, que chateaban desde hace ya unas semanas y que decidieron reunirse para conocerse en persona. Ellos -en un acto normal, propio de tener un hijo adolescente- permiten que se dé el encuentro, pero no dejan de advertirle de los posibles riesgos que supone conocer alguien por internet y tener una cita, por más que el encuentro sea en una plaza pública de nuestra ciudad y a plena luz del día.
Era un día de semana, soleado por la tarde, donde había personas haciendo deporte, algunos con sus mascotas, otros tomando mate, etc. Los padres habían acompañado a la menor al encuentro y habían convocado algunos 'asistentes' que se encontraban ocultos entre la gente. La adolescente se sienta en un banco de tablones de madera a esperar su amigo; llena de ilusión por conocerlo después de tantas charlas amenas y fotos intercambiadas. Era un chico de su edad, realizaba deportes y era bien parecido. Compartían gustos musicales y entre tantos chats, él la escuchaba cuando le contaba todos sus miedos de adolescente, él la entendía. Es normal que sintiera ganas de conocerlo, Joaquín era un chico encantador y los padres no tenían ningún punto objetivo de dónde sostenerse para poder evitarlo.
Habían pasado varios minutos mientras esperaba sentada hasta que se acerca un adulto entre 30 y 40 años.
—Hola, yo soy el hermano mayor de Joaquín y me dijo que pase a buscarte. Joa fue a la panadería a comprar algo para el mate, ¿Me acompañas? — Esa fue su presentación, era un hombre muy amable que rápidamente inspiró confianza en la menor.
Al contrario de lo que un adulto piensa, la menor de edad accedió a la invitación cegada por la ilusión de conocer a Joaquín. En el preciso momento que realizan unos pocos metros, los padres junto a sus 'asistentes' logran interceptar al adulto inmovilizándolo contra el piso.
Esto generó una situación de shock para todos aquellos que estaban plácidamente disfrutando en la gran plaza. Situación que desconcertó a la menor; que recién acababa de conocer al “hermano mayor de Joaquín”, el hermano de su posible primer amor, el chico que tanto le gustaba. Su inocencia no le permitía ver más allá, no entendía el accionar de sus padres.
Ante semejante acto físico, permaneció inmóvil mientras los padres llamaban a las autoridades policiales. El adulto resultaba ser un pedófilo quien ya había cargado con varias víctimas y tenía un método efectivo para cumplir sus cometidos. Luego de ser apresado, fue trasladado a un tribunal competente el cual todavía lleva un juicio abierto sin poder reunir la cantidad de pruebas suficientes para que le den una condena. Y si, más allá de los relatos que podemos hacer frente una corte, lo que importa es lo que podemos comprobar y cuántas leyes haya sobre el asunto. El ciberdelito es área nueva en la jurisprudencia de cualquier país latino y el Grooming, por ende, hereda este vacío legal. Ha pasado aproximadamente un año de este hecho y todavía no tiene resolución ante la justicia.