Amigos de clan

01/09/2014 - San Francisco

Foto de RODNAE Productions en Pexels

Ayer estaba saliendo de trabajar y me acababan de enviar un link sobre una entrevista que había dado días antes, así que de camino a casa decidí publicarla en mi cuenta de Instagram para que cualquiera pudiese verla. Al cabo de unos minutos me llega un mensaje, esperé al próximo semáforo para revisarlo y al verlo descubro que era una compañera de primaria que hacía años no le veía donde me apoyaba en esto de la difusión del grooming. Charlando un rato le pregunto si había tenido alguna experiencia cercana y me cuenta un episodio ocurrido con su hija mayor que es pre adolescente, un episodio muy desagradable que por el buen accionar de la madre, no pasó a mayores.

Para desgracia de las estadísticas, la niña fue interceptada en el chat de un videojuego por celular. Cabe recordar que los videojuegos tienen salas de chat - todos los que tienen modalidad multiplayer online tienen esta característica - donde los jugadores intercambian objetos o forman grupos para competir con otros grupos. Es allí donde los acosadores se hacen amigos de los niños haciéndose pasar por uno - con un perfil falso - para luego cometer sus delitos sexuales.

Esta madre me comentaba que tiene mucha relación con su hija y tiene la sana costumbre de hablar abiertamente de todo lo que sucede en relación con el uso de la tecnología. Es una madre que hace el esfuerzo por comprender las nuevas tendencias tecnológicas que consumen los menores y aprende a la par de su hija cada aplicación nueva que ella empieza a usar. Esta forma es la que recomiendo en mis charlas, aprender juntos con nuestros hijos, de a poco, paulatinamente y sin sobrecargarse ni entrar en pánico. Al transitar ese camino juntos, el adulto puede visualizar los peligros que el menor no puede ver - por falta de madurez - y advertirle o tomar medidas necesarias para no ingresar en una situación peligrosa.

Bajo esta cyber-tutela, la madre nota que en uno de los videojuegos a su hija la contactaban por WhatsApp y al preguntarle cómo se había dado le responde: “mis amigos del juego dicen que se organizan por WhatsApp”. De esta forma, los acosadores ya habían podido salir del chat del videojuego hasta llegar al número privado de teléfono y por más que piensen que no tiene nada de malo, cuando se trata de un menor, si lo es. Ahora los nuevos amigos - donde posiblemente puede haber un acosador o no - tienen el número de teléfono para poder contactarse de manera privada y lo que es peor, ya tienen su característica de área para saber en qué ciudad se encuentra la hija.

La mayoría de videojuegos exitosos de la actualidad basan sus reglas de negocio en descargar el videojuego gratis de la tienda - Google Play Store o AppStore - para jugar limitadamente haciendo que el jugador se “enganche” con el juego. Una vez logrado el objetivo, para poder avanzar es necesario contar con ciertos ítems, niveles, modos u otra cosa que requiera comprar o desbloquear mediante micro pagos con tarjeta de crédito. Y aquí se presenta una oportunidad de seducción para los acosadores, ellos ofrecen comprar estos ítems con su tarjeta y obsequiárselo a la víctima a cambio de fotos en el grupo de WhatsApp. Y no es que nuestros hijos sean tontos y vayan a enviar fotos a la primera, es que estos degenerados tienen muy estudiado todo. Por empezar que tienen un perfil falso y se hacen pasar de la edad de la víctima, tanto en las fotos que envía como en la forma de escribir - con mismos modismos y todo - que sus víctimas. Empatizan desde la conversación, gustos de videojuegos, música, modas y son ellos los que suben fotos de otros menores haciéndoles creer a sus víctimas que hay otros menores también subiendo fotos, como si fuese la “onda” subir fotos al grupo de WhatsApp. O sea, el menor que no sube fotos al grupo, no solo NO está 'en la onda' del grupo, si no que tampoco tiene los premios de ítems gratis que se sortean o regalan dentro del grupo.

Este es el punto bisagra, aquí el menor empieza a brindar material al acosador para poder ser extorsionado y ni que hablar que cualquier foto de menor es vendida al mercado negro de red de pedofilia. No se si recuerdan en septiembre/octubre del 2021 cuando la Policía Federal detuvo a un joven profesor de educación física de 24 años con muchos discos duros de PC llenos de fotos de sus alumnos que los vendía en el mercado negro, donde de esta forma fue interceptado por un agente encubierto. Sí, lo sé que parece exagerado que alguien compre fotos hasta de un menor con ropa, pero recuerden que estamos hablando de una red de personas que no son normales y por ende, sus deseos y morbos tampoco lo son.

Por fortuna esta madre logra darse cuenta de lo que estaba sucediendo. Al hablar con su hija se entera de que le estaban pidiendo una foto suya a cambio de recibir un ítem -pago- de la tienda del videojuego que juegan los del grupo de WhatsApp. Así operan, les compran ítems a los menores que ellos obviamente no pueden pagar. La madre al darse cuenta, actuó rápidamente desinstalando el videojuego y bloqueando a los posibles acosadores. Gracias a la intervención periódica, la madre pudo prevenir que esta situación pase a mayores consecuencias donde a veces, se concreta en una cita hasta llegar a en los peores casos a la violación.

Conclusión

Sé que puede sonar un poco exagerado, pero no es normal que alguien -cualquiera sea su edad- le pida fotos a un menor. Así como tampoco es normal que nuestros niños/adolescentes estén enviándose fotos en ropa interior. Es responsabilidad absoluta de nosotros los mayores velar por un sano despertar sexual de los menores de edad donde internet sin filtros, no es el mejor escenario para que eso suceda sanamente.
Algo importante a tener en cuenta, es cómo se desarrolla la percepción de los niños. Entonces si la inteligencia es la adaptación a un entorno, y ese es digital y sin filtros, es normal pensar en que un niño naturalice la violencia y la sexualidad bajo la perspectiva de por ejemplo, los videoclips de reggaetón -reguetón-. Y no estoy diciendo que tenga algo malo ese tipo de videoclips, pero si es lo único que consume y tiene un contenido sexual alto, es normal que después sienta que debe tener ese estereotipo para poder encajar, aunque sea como en este caso, en un simple grupo de WhatsApp de colegas de videojuegos.

Por: Gonzalo Castillo






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